A Mosca desde Venezuela

Llevo bastante tiempo pensando en un artículo como éste. De hecho, debo confesar que el título del mismo representó para mí la más grande interrogante desde el día en que compré mi primer equipo mosquero (hará unos dos años), con los salmonídeos chilenos como escuela, pero con la abundante fauna ictiológica de Venezuela en mi mente, y con todas las ganas del mundo de intentar esta apasionante modalidad en las aguas fluviales, lacustres y marinas de ese país caribeño. Durante los 15 meses que estuve viviendo en tierras chilenas, tuve la suerte y la dicha de compartir y aprender bajo la tutela de excelentes amigos “mosqueros”; mis primeros pasos en este mundo de cañas, carretes, líneas, leaders y moscas, que termina por atraparnos irremediablemente en algo que no sabemos a ciencia cierta si es un arte, una filosofía... o simplemente una forma de vida.

Venezuela es un país muy rico. Famoso no solamente por el petróleo o las mujeres hermosas, sino por sus cuantiosas bellezas naturales. Tiene al norte el imponente mar caribe, en el cual resulta de especial interés para el tema que nos ocupa, el famosísimo archipiélago de Los Roques, paraíso de la pesca del denominado Grand Slam del Saltwater Fly fishing: Bonefish (macabí o pez ratón), Permit y Tarpon. Al sur, hacia los límites de la selva amazónica con Brasil, se encuentra la cuenca del Orinoco, la cual es la más grande del país, conformada por incontables ríos, caños y esteros poseedores de una riqueza ictiológica impresionante. Famosos mundialmente son los ríos Parsimoni y Ventuari, así como el embalse de Guri, sitios estos en los cuales se han capturado récords mundiales del furioso y combativo Peacock Bass (pavón) que en aguas venezolanas alcanza pesos que pueden llegar a los 15 kgr. En la zona de los llanos venezolanos (En los Estados Apure, Barinas, Guárico, Portuguesa y Cojedes), existe asimismo una abundante red fluvial que alberga una gran variedad de especies susceptibles a ser capturadas con técnicas mosqueras: Doradas, sardinatas, pavones, chatas, payaras, y muchas otras especies que habitan los ríos llaneros, los cuales se caracterizan por ser de aguas transparentes durante los meses de sequía (noviembre a abril), constituyen un gran atractivo para el pescador a mosca. En esta zona existen también numerosos embalses construidos tanto como reservorios de agua potable, como para generación de energía hidroeléctrica, en los cuales se han sembrado numerosas especies de pavón (peacock bass): Mariposa, Temensis, etc.

De igual forma, en la región andina, que abarca la zona sur-occidental del país, existe gran cantidad de lagunas de origen glaciar (sólo en el estado Mérida existen alrededor de 400 lagunas de este tipo), en las cuales pueden encontrarse diversas especies de trucha: arcoiris, fontinalis y marrones. Como podrán apreciar los lectores, Venezuela ofrece al pescador mosquero una enorme variedad de especies y escenarios que abarcan desde ríos de límpidas aguas y lagunas parameras aptas para la pesca de la trucha, hasta vastos e imponentes flats que constituyen paraísos de la pesca de especies marinas tales como bonefish, permit, tarpon y snook.

Antes de seguir adelante, quisiera compartir con todos los lectores, algunas anécdotas y vivencias personales que son propias del proceso de introducción del Fly fishing en Venezuela, ya que, como es bien sabido, esta técnica difiere enormemente de las técnicas tradicionales de casting o spinning y además lleva consigo todo un conjunto de aparejos y atuendos propios del pescador mosquero, que han sido objeto de los más curiosos y divertidos comentarios por parte de pescadores y lugareños en los lugares que hemos frecuentado. Por ejemplo, la primera vez que fui al río Uribante (un río cercano a la ciudad de San Cristóbal en el cual pueden pescarse doradas y sardinatas), los lugareños se acercaron para ver de cerca aquel “marciano” que se disponía a pescar en las apacibles aguas del río.

Era obvio que existiera tal asombro... a los pescadores y lugareños que estaban en el río ese día les parecía rarísimo ver a alguien con waders, chaleco, caña mosquera, gorra al estilo de la legión extranjera, wading shoes, y quizá lo que les pareció aún más extraño, ese constante lanzar hacia delante y hacia atrás de una cuerda amarilla con un anzuelo cubierto de plumas atado al final de un trozo de nylon (esta es la descripción de un equipo mosquero en palabras de los lugareños!), mediante el cual el curioso “marciano” registraba captura tras captura; y lo más insólito era que cada pez capturado era devuelto nuevamente al río! Algunos comentarios escuchados: ¡Ese “marciano” está loco! Hace como los gringos que salen por la televisión los domingos, que pescan y pescan y nunca sacan nada!... (Asumo que se referían a los programas sobre pesca con mosca de la cadena ESPN)

Otra curiosa anécdota tiene que ver con el “envenenamiento” con el fly fishing de uno de mis mejores amigos y compañeros de pesca (Mi amigo Carlos, quien aparece en algunas de las fotos que ilustran este artículo), quien siempre había sentido la fascinación por esta técnica que muchos consideran el Doctorado de la pesca con señuelo artificial, pero que no había tenido oportunidad de experimentar. Para hacer el cuento corto, mi amigo, quien era acérrimo pescador de pavones (peacock bass) con rapalas y top water baits, terminó vendiendo todas sus cañas y carretes (así como su cajita ferretera) para sustituirlas con un par de cañas mosqueras (una No. 6 y una No. y una caja llena de streamers y diversos patrones que han resultado ser excepcionales para la pesca en los ríos y embalses barineses.

Ahora bien, supongamos que al leer este artículo, el lector siente curiosidad por explorar las posibilidades del Fly fishing en aguas venezolanas... ¿qué equipos se requieren? ¿Qué tipo de líneas? ¿Qué moscas son las más efectivas para cada especie? ¿Qué técnicas son las más apropiadas para cada situación? ¿Se requiere un bote o puede vadearse en los sitios de pesca? ¿Hay guías disponibles? En tal caso ¿Cuál es el costo?... Estas y muchas otras interrogantes serán objeto de distintos artículos dedicados en detalle a la pesca de las distintas especies, que poco a poco iremos enviando a nuestros buenos amigos de RiosySenderos.com. No obstante a ello, en esta ocasión quiero sólo hacer una introducción que permita a los lectores darse una idea general del vasto panorama que tiene el pescador a mosca en aguas venezolanas.

Hablando de equipos, y exceptuando la pesca de trucha en ríos o lagunas andinas en relación con la cual, nuestros amigos del Sur pueden darnos cátedra, diremos que para pescar a mosca en Venezuela son recomendables equipos con líneas que oscilan entre No. 6 y No. 10, preferiblemente orientadas a uso marino (para evitar duplicidad de equipos) con las cuales pueden abordarse todas las posibilidades de pesca que hemos comentado.

Por ejemplo, en los ríos y embalses de la región de los llanos (en los cuales el pescador mosquero puede encontrar grandes emociones pescando pavones y doradas, entre otras especies), son suficientes equipos No. 6 y No. 8, equipados con líneas WF floating o sinking tip (para aquellas condiciones en las que los peces no se están alimentando en superficie). Los carretes deben ser robustos y tener la capacidad de contener buenas reservas de backing (sobre todo en el caso de equipos orientados para la pesca del Bonefish o Macabí en el archipiélago Los Roques). La longitud ideal de la Caña es de 9 pies, de acción rápida con la finalidad de lanzar largas distancias (tanto en los ríos llaneros como en embalses y flats, el casting promedio oscila entre 20 y 80 pies de distancia). En cuanto a patrones, los streamers lastrados o no, montados en anzuelos de uso marino preferiblemente, en tamaños 2 al 6, confeccionados con marabou o bucktail (woollies y clousers), en imitaciones de pequeños peces, en los cuales se agreguen materiales brillantes tales como krystall Flash o flashabou, rinden excelentes resultados en la pesca en los ríos y embalses de la región de los llanos venezolanos. En cuanto a los leaders, en virtud de que pueden obtenerse ejemplares con pesos que oscilan entre los 350gr y los 6kg. (el promedio de las capturas está cercano a 1kg aunque en algunos embalses y ríos pueden conseguirse ejemplares hasta de 15 kg con capturas promedio en torno a los 3 kg), se recomiendan longitudes comprendidas entre 8 y 12 pies (el ideal es 9 pies) en medidas 0X hasta 3X. Asimismo, es muy recomendable la utilización de tippets fluorocarbonados en las mismas medidas, en virtud de que los cambios (o pérdidas) de moscas son muy frecuentes. En el caso de la pesca de doradas se recomienda la utilización de leaders metálicos debido a las características de la boca de estos peces la cual hace que los cortes de leaders convencionales ocurran con mucha frecuencia.

En cuanto a las técnicas de presentación y recogida, en la pesca en ríos son aplicables las mismas técnicas de pesca con streamers utilizadas en los ríos de la región patagónica de Chile con recogidas cortas entrecortadas por tirones largos y violentos. Se obtienen muy buenos resultados lanzando aguas abajo de las zonas de aguas rápidas justo en el área en la que empiezan a formarse los remansos. De igual forma, en las zonas de rápidos “pescables” pueden obtenerse buenos resultados lanzando a través del río utilizando streamers lastrados y líneas de hundimiento. En cuanto a la pesca en embalses (still water), ya sea desde embarcación o desde float tube, se recomienda lanzar cerca de la vegetación con recogidas largas y rápidas paralelas a la línea de vegetación (mientas más cerca de esta habrá mas posibilidades de picada). En ciertas condiciones en que los peces están comiendo en superficie, lo cual es fácilmente apreciable por el ruido que producen los pavones alimentándose de pequeños peces, las moscas tipo “poppers” (confeccionados con deer hair o con goma espuma) dan excelentes resultados.

Con este humilde artículo, espero haber proporcionado una visión general de las posibilidades de la pesca con mosca en aguas venezolanas. En artículos posteriores se hará referencia detallada de la pesca con mosca de cada una de las especies que se han comentado en esta oportunidad, haciendo énfasis en las características y fisiología de cada especie, y en los equipos y técnicas apropiadas.